Exámenes orales: el miedo escénico del opositor

 

Muchos opositores sufren un terrible miedo escénico cuando se acerca el examen oral ante un tribunal opositor.

No estamos acostumbrados a hacer este tipo de pruebas así que el miedo a hablar en público, a ser juzgado por nuestras palabras ante un tribunal, puede resultar aterrador.

Buena parte de las oposiciones tienen este segundo examen, así que es muy fácil que  puedas perder los nervios antes y durante la prueba.

Hay personas que aprueban el primer examen con una nota altísima, pero que al ponerse delante del tribunal para exponer su tema salen prácticamente huyendo.

Incluso  profesores que llevan años impartiendo clases, a la hora de exponer la programación son incapaces de hacerlo delante de un tribunal.

Esta ansiedad, que se genera solo con pensar en el examen, comienza incluso al principio de empezar a preparar la oposición.

En otras ocasiones, si el opositor no ha logrado pasar esa prueba y decide presentarse a otra convocatoria,  la ansiedad perdura en el tiempo.

En este último caso, aun teniendo un mayor control sobre el temario, la ansiedad es mayor por saber que tienen que pasar de nuevo por ese trance.

La inseguridad, el miedo al fracaso, la vergüenza, son factores que influyen en no saber afrontar esta prueba.

Preparación del tema

 

La preparación de la exposición es clave para bajar el nivel de ansiedad delante de un tribunal.

Ten muy bien estructurado el tema, la bibliografía, la programación, todo lo que tengas que exponer.

Esta estructura te va a valer para todos los temas, así que trabájala para que no quede ningún resquicio por donde pueda fallar.

Tienes que amoldarte al tiempo que te dan, no puedes pasarte. Es mejor terminar antes que quedarte con tu exposición inacabada.

Terminar antes no significa que lo hagas peor, al contrario. Si puedes exponer tu tema al completo con claridad y en menor tiempo, el tribunal te lo agradecerá.

El saber que tu estructura es consistente te dará seguridad, con lo que ganarás confianza en ti mismo.

Los miembros del tribunal son personas, no lo olvides. Estarán cansados también a determinadas horas y su atención no será la misma a primera hora de la mañana que a última.

Por esto es importante que te centres y des relevancia a unos pocos puntos, no a todos y que estas ideas también tengan su desarrollo interno muy claro.

Cómo combatir el miedo escénico

 

Ya tienes todo preparado para poder poner en práctica tu exposición.

Ahora solo tienes que convertirte en actor (un buen actor) por una temporada.

Todo lo que digas y lo que hagas va a contar. Pero, sobre todo, cómo lo hagas  y cómo lo digas.

 

Mentalízate

Puedes hacerlo, y vas a salir de esta prueba con éxito.

Si te mentalizas pensando esto, además de rebajar el nivel de ansiedad, es mucho más factible que puedas alcanzar tu meta que pensando lo contrario.

Visualízate haciendo la exposición tranquilo, seguro, relajado, haciéndolo estupendamente y con un tribunal que te felicita.

Respiración

Respira.

Primero para relajarte. Utiliza técnicas de relajación, te serán muy útiles, sobre todo en los días previos al examen.

Pero debes practicar antes, porque no se aprende bien tan rápido como aparenta.

Aprende a respirar para no quedarte sin aire a la hora de la exposición.

Haz pausas, no hace falta que sean largas, respira y reanuda el tema.

No se te ocurra ir tan deprisa que ni te dé tiempo a respirar ni a ti ni al tribunal.

Tu voz

Lo más obvio es que vocalices bien, que se entienda perfectamente todo lo que digas.

Lo más importante es que no seas monótono, no puedes dormir al tribunal.

Pero no caigas en la sobreactuación.

Juega con las tonalidades, cuando le tema lo permita.

Modula tu voz de forma que pongas énfasis en los puntos más importantes.

Tus gestos

Tu cuerpo transmite muchísima información, y si estás nervioso lo vas a transmitir al tribunal, y eso no es nada bueno.

Procura no balancearte de un lado a otro.

Jugar todo el tiempo con el bolígrafo o con los folios no es una buena opción para desterrar tus nervios, pondrás nervioso al tribunal.

No te toques el pelo continuamente.

Habla erguido, ya sea de pie o sentado.

Sonríe, pero no hace falta estés sonriendo todo el tiempo.

Interactúa con el tribunal de manera normal.

No fijes la mirada en el suelo, tampoco cierres los ojos.

No fijes la mirada en un miembro del tribunal. Le harás sentirse incómodo.

Procura que tus gestos y tus expresiones vayan de la mano.

Ensayos

Ya tienes todo preparado.

Ahora solo falta el público.

Si tu pareja, amigos, padres, hermanos son personas con mucha paciencia, puedes sugerirles que sean tu público y te digan los errores que perciben.

Aunque no tengan ni idea de lo que estás contando, te pueden decir si utilizas muchas coletillas, si te mueves demasiado, o poco, si les miras a los ojos, si  les produces un intenso sopor…

Todo esto te dará una idea de las cosas que puedes cambiar y mejorar.

Si no se presta ninguno de ellos, puedes practicar con otra persona que esté preparando las oposiciones.

Además, puedes (debes) grabarte.

Es mejor grabarte que hacerlo delante del espejo. Podrás ver tu evolución y esto rebajará también tu nivel de ansiedad.

Además, te servirá para poder visualizarte mejor delante del tribunal.

Fíjate en si sabes exponer el tema, si no se te olvida ningún punto importante, si está bien estructurado, si el tiempo es el correcto.

Pero fíjate también en ti. Te darás cuenta de muchísimos gestos, muletillas,  de las inflexiones de tu voz.

En definitiva, todo esto hará que el nivel de estrés ante los exámenes orales se reduzca muchísimo y apruebes tu examen con facilidad.