Seguro que de todos los propósitos que te has hecho a principios de año tiene que ver con cuidarte más, pero puede que no sepas cómo empezar a realizar cambios saludables en tu vida, que afectarán positivamente a tu vida de opositor. 

Si comienzas poco a poco verás que no se te hará cuesta arriba.

Además, deberías plantearte seriamente llevarlos a cabo, ya que sin cuidar tu cuerpo es difícil que puedas aguantar el ritmo de estudiar oposiciones.

Tu cuerpo te lo agradecerá, pero será tu memoria una de las que más saldrá ganando.

 

Prepárate para el cambio saludable

 

Como todo, es cuestión de crear hábitos. Sobre esto ya os hemos hablado en otras ocasiones.

Igual que creas un hábito de estudio, con la salud pasa lo mismo. Puede que al principio te cueste, pero en muy poco tiempo notarás las diferencias y saldrás ganando.

Tampoco te pongas de golpe a todo porque, de este modo, será mucho más fácil que abandones.

Así que, gradualmente, ve introduciendo los nuevos hábitos en tu vida y te proponemos que vayas tomando nota de cómo es el cambio y cómo te está afectando a tu salud.

No hace falta que sea diariamente, con que anotes una vez por semana lo que notas diferente gracias a introducir un nuevo hábito en tu vida, es más que suficiente.

De este modo verás cómo vas evolucionando y, al igual que cuando vas cumpliendo los objetivos marcados en tu estudio, te animará a no abandonar y seguir adelante.

 

 

Algunos consejos para empezar a cuidarte

 

 

Escribe tus propósitos

 

Apunta en un papel todos los propósitos que quieres conseguir.

Piénsalo bien, porque muchos de ellos no son de los que cuesten llevarlos a cabo, pero sí que pueden generar un gran cambio en tu vida.

Empieza por los que menos te vayan a costar ya que, de este modo, seguirás introduciendo hábitos saludables en tu vida.

 

Sé realista

 

Al comenzar por objetivos que se pueden cumplir con facilidad, vas a ser más realista.

Te recomiendo que no empieces por algo como: “Dedico un día a la semana para hacer la comida de la semana próxima”.

Entre tú y yo, sabemos que esto te va a dar una pereza mortal (a no ser que te relaje cocinar) y que cuando tengas una tarde libre la vas a dedicar a despejarte y salir a que te dé el aire y a disfrutarla con tus gente que no a ponerte a cocinar como si no hubiera un mañana.

 

 

Mira la parte positiva

 

Escribe estos propósitos en positivo y dando por hecho que se va a producir. Nunca emplees la palabra “no”.

Por ejemplo: “Cada vez que hago un descanso voy a dedicar cinco minutos a hacer estiramientos” o “Planifico todos los días veinte minutos para salir a caminar”.

Y puedes añadir: “Voy a conseguir que no me duela tanto el cuello”.

 

Es algo que es relativamente fácil de realizar, pero te tienes que acostumbrar, porque lo más probable es que te despistes y, en lugar de hacer los estiramientos  o salir a caminar te vayas a asaltar la nevera o a ver una serie.

 

Traza un plan

 

En un post reciente  te hablábamos de cómo trazar un plan de acción para alcanzar vuestros objetivos.

Échale un vistazo porque este plan de acción lo puedes aplicar a todos los aspectos de tu vida.

 

Ve tachando días

Ten un calendario en un lugar visible en el que puedas ir tachando los días que estás haciendo lo que te has propuesto.

Es posible que hayas oído hablar de la regla de los 21 días para acostumbrarse a un hábito.

No está demostrado, así que puedes tomarte 21 días o un mes, pero si llegas a este tiempo, ten por seguro que no te va a costar nada mantenerlo.

El caso es que ponerte un plazo te va a ayudar a motivarte para conseguirlo.

También puedes contarle a los que te rodean lo que estás haciendo, simplemente para que te pregunten por ello y te metan un poquito de presión.

 

Algunos cambios que puedes introducir y que mejorarán tu memoria

 

 

Hay un montón de cambios que puedes realizar y que va a afectar profundamente a tu cerebro y, por lo tanto, a tu capacidad de concentración y a tu memoria a largo plazo.

Te proponemos algunos:

-Mantén una higiene del sueño y duerme las horas necesarias.

Sobre este tema hemos hablado en numerosas ocasiones. Evita la luz azul antes de ir a dormir y mantén los horarios de sueño.  

-Bebe más agua.

-Deja el alcohol y las bebidas azucaradas.

-No tomes mucha sal ni mucha azúcar. Sustituye siempre que puedas la sal por especias y respecto al azúcar, mira la cantidad que contienen todos los alimentos, no te hace falta añadir más diariamente.

-Compra productos frescos y de temporada.

-Evita la comida procesada y la comida basura.

-Mira las etiquetas de los productos para saber qué estás comiendo y evita comprar productos plastificados.

-Cocina tú y prepara recetas saludables. No hace falta que te tires horas en la cocina, hay multitud de recetas saludables que se preparan en menos de veinte minutos. 

-Prepara un menú semanal saludable y, si te animas, cocina un día para tener la comida preparada y olvidarte de hacerla durante toda la semana.

-Ten una dieta equilibrada en la que no se te olvide incluir legumbres, frutas, verduras y frutos secos.

Puedes leer más sobre ello en el post en el que hablábamos de los buenos hábitos alimentarios que potencian tu memoria. 

-Camina y haz ejercicio

Como te hemos dicho anteriormente, un buen propósito es estirarte aunque sea en un descanso de 5 minutos.

Pero acostúmbrate a hacer ejercicio diariamente o a salir a caminar diariamente.

Puede ampliar más sobre la importancia de caminar en este post

-Dale un repaso a tu casa y tira todos los productos que puedan ser tóxicos o contaminantes. 

-Ten tu entorno de estudio limpio y ordenado. 

 -Cuida tu vida personal 

No descuides nunca tu vida personal. Desde darte un masaje o un baño relajante hasta salir al campo a disfrutar del día con tus seres queridos, esto es algo que nunca debes olvidar. 

 

Por todo ello te invitamos a que no lo dudes y comiences a introducir pequeños cambios saludables en tu vida diaria, no solo porque tu cuerpo lo va a notar sino porque tu cerebro va a estar mucho más sano.