Influye positivamente en la vida de un opositor (y en la tuya)

Ser opositor no es fácil, pero convivir con un opositor tampoco. Si influyes positivamente en la vida de un opositor vuestro entorno mejorará notablemente.

Sobre todo cuando el opositor lleva mucho tiempo estudiando, surgen dudas y se pregunta si merece la pena.

Es normal que surja el momento en el que pierda toda la motivación y quiera tirar la toalla.

Entonces aparecen los nervios, la frustración e incluso el enfado.

No todo el mundo se enfrenta de igual forma a la desilusión, a la tristeza o al estrés.

Y la primera reacción que vas a tener es querer ayudarle.

Tanto si eres pareja, familiar o amigo, es posible que en más de una ocasión te has tenido que apartar para que su mal humor no te arrastrara o para no discutir.

Y seguro que te has sentido mal porque no has sabido cómo apoyarle. Pero no es culpa tuya.

A veces no querrán escuchar nada de lo que les digas, otras no sabrás qué decir o cómo comportarte.

Y más si, a pesar de estar tanto tiempo estudiado, suspende la oposición. En este caso la situación puede llegar a ser muy tensa.

Lo que nunca debes hacer

– Aunque no lo comprendas, respeta su agobio y sus nervios.

– Si te tiene la cabeza loca con el monotema de la oposición, no le digas que es un pesado o un protestón. Sé diplomático y no te burles.

 -Ten mano izquierda y procura desviar el tema hacia algo que tengáis en común. Podéis hacer planes para cuando termine la oposición, o para los descansos.

– Como tú no eres él, no  deberías hacer comentarios sobre la manera que tiene de estudiar ni de organizarse.

Cada uno tenemos nuestros métodos de organización y si tú utilizas alguno puedes comentarlo.

Ten en cuenta que no hay métodos mejores ni peores, sino que cada persona elige el método que mejor se adapta a ella.

-No respondas a su mal humor con mal humor.

Sin embargo, puedes hacerle ver que hay situaciones en las que no estás cómodo y que te gustaría solucionarlo.

No pasa nada porque se dé cuenta de que puede provocar situaciones incómodas.

-Si ha suspendido no se lo reproches.

Cómo puedes apoyarle

-Anímale a que te explique cómo es su día a día. Aunque convivas con él no sabes lo que hace.

Déjale que te cuente cómo se está preparando, cuáles son sus puntos débiles y cuáles los fuertes, etc.

Pero, sobre todo, déjale que te explique cómo se siente sin juzgarle.

Si no quiere contarte cómo se siente, exprésale que puede contar contigo en cualquier momento.

– No le interrumpas cuando por fin se abra a ti. Esto no significa que no puedas mantener una conversación y le puedas hacer preguntas.

– Si has pasado por una situación similar (exámenes en la carrera, trabajos de fin de carrera,  defensa de una tesis), cuéntale cómo te sentiste tú en ese momento.

Puede que hayas tenido unos sentimientos parecidos por otra situación que no sea en el ámbito de los estudios y la hayas superado. Una depresión, frustración, pérdida de motivación… explícale cómo hiciste para salir a flote de esa situación.                                                 

– Puedes convertirte en su aliado simplemente con el hecho de escucharle como si fueras parte del tribunal si se tiene que preparar el examen oral.

En situaciones como esta realmente te darás cuenta de todo el esfuerzo que está haciendo.

-Ármate de paciencia y sentido del humor.

– Si tienes que comentarle algo acerca de su actitud, hazlo en el contexto adecuado.

No le pongas en evidencia delante de personas que sabes que estarán de tu parte y no le entenderán. Juega limpio en este sentido.

Es mejor que lo que tengas que decirle sea en privado y que sea un lugar neutral y sin distracciones.

-Recuerda que una sonrisa, un beso y un abrazo obran milagros.