Sácale el máximo rendimiento a tu energía

Al levantarnos es cuando más energía tenemos, si el descanso ha sido bueno. Debes aprovechar y sacar el máximo rendimiento a tu energía para poder enfrentarte a tus tareas cotidianas, y más si estás estudiando una oposición.

 

Cómo incrementar tu energía

Mantener unos hábitos saludables es lo primordial. Desde que te levantas deberías establecer una serie de rutinas para que gradualmente tu energía vaya aumentando.

Estos hábitos si no los has adquirido, empieza con ellos a la vez que empieces a estudiar la oposición, pero nunca es tarde para comenzar. 

 

Descanso reparador

 

 

 

 

 

Evidentemente, para levantarte con las pilas recargadas has tenido que tener un sueño reparador que, además de descansar tu cuerpo y tu mente, hará que lo que has estudiado se fije mucho mejor en tu memoria.

En este post ya te hablamos de los beneficios de la siesta para la memoria, así que se amplifican más por la noche.

Es cierto que hay personas que con seis horas de sueño ya han descansado, pero no es lo común.

Duerme una media de 7 a 8 horas seguidas y, si lo necesitas, también una pequeña siesta.

 

Levántate a una hora coherente

Si no trabajas y no tienes una hora establecida para levantarte, procura empezar por aquí la rutina.

Es cierto que cada cual tiene sus biorritmos que le marcan sus horas, hay personas que prefieren estudiar por la noche, aunque la mayoría prefiere por la mañana.

Otra cosa es el tiempo que tengas libre, por ejemplo, si estás trabajando.

Si trabajas tienes que levantarte siempre a  la misma hora, hayas dormido mejor o peor la noche anterior.

Pero parece que si solo estudias, puedes tener una mayor flexibilidad.

Es un error pensar esto, ya que al final vas a acabar levantándote cada día a una hora diferente, según lo que hayas hecho o dormido la noche anterior.

Esto puede descolocar toda la planificación que hayas hecho. Por lo que van a surgir retrasos y prisas por estudiar lo que no te ha dado tiempo.

Así que, dependiendo de lo que hagas durante el día, o durante la noche, establece una hora coherente para levantarte.

Es absurdo que te marques levantarte a las 5 de la mañana si hasta las 8 no vas a estar completamente despierto.

Mejor aprovecha durmiendo esas tres horas y rendirás mejor.

 

Mantén la calma

Levantarse saltando de la cama a golpe de despertador, es empezar el día de una manera estresante.

Si puedes, pon el despertador cinco o diez minutos antes. Despiértate lentamente, haz unos ejercicios de respiración y visualiza lo que quieres conseguir durante el día.

Puede que ya hayas descubierto la meditación, así que aprovecha unos minutos antes de levantarte para meditar.

Ya hablamos de sus beneficios en este post .

 

Un buen desayuno es una enorme fuente de energía

 

 

Muchas personas no pueden desayunar justo después de levantarse, así que si es tu caso, puedes hacer ejercicio y darte una ducha antes de desayunar.

Al despertarnos, la glucosa ha descendido, por lo que el cuerpo nos pide comer para volver a recuperar los niveles de glucosa.

Pero esto no significa que tu desayuno sea un festín de azúcares.

Mantén siempre una dieta equilibrada, y procura comer en el desayuno tanto hidratos de carbono como proteínas y frutas.

A lo largo de la mañana puedes tener a mano algunos frutos secos (no muchos) y snacks saludables que pueden consistir en vegetales, frutas, yogur, etc.

 

No te olvides del ejercicio

 

Puedes hacerlo antes de ponerte a estudiar. O cuando acabe tu jornada de estudio, pero es importante que no dejes tu rutina de ejercicio fuera por causa de tus estudios.

Es importante aunque no hagas ejercicio que salgas a caminar, ya que necesitas actividad después de estar horas y horas sentado, tu cuerpo necesita estirarse y tu mente necesita desconectar.

Procura hacer descansos entre bloques de estudio y estírate o camina, aunque sea cinco minutos.

 

Te dejamos unos ejercicios muy sencillos para llenarte de energía en cinco minutos.

 

Agrupa tareas por la energía que puedas gastar en ellas

 

Durante el día nuestros niveles de energía van variando. 

Para sacarle el máximo rendimiento a tu energía, puedes planificar tus tareas por bloques que requieran más o menos energía, para que puedas estar operativo todo el tiempo.

Cada uno conoce mejor que nadie cómo está de cansado tanto física como mentalmente dependiendo de las horas del día.

Obsérvate y hazte algunas preguntas:  

¿Cuándo estás más receptivo a la información? ¿Por la mañana temprano o por la tarde?

Todos sabemos que después de comer es una de las horas en las que estamos más bajos de energía y que más sueño podemos tener.

Así que planifica respecto a esto.

Agrupa las tareas que tengas que hacer por bloques de gasto de energía: alto, medio y bajo.

Un ejemplo sería el siguiente.

A primera hora de ponerte a estudiar que tienes más energía, haz las tareas en las que vayas a gastar más energía.

Como tendrás mayor nivel de concentración, puedes repasar lo que estudiaste el día anterior y empezar a estudiar memorizando.

Cuando veas que tu energía y tu concentración decrecen  y estás en un nivel intermedio, puedes hacer resúmenes o esquemas.

Y al estar con los niveles de energía más bajos, es una buena opción realizar flash card o grabar audios.

Al final del día no te olvides repasar qué es lo que has terminado de  todas las cosas que tenías planificadas y, según esto, planificar lo que vayas a hacer el día siguiente.

Tras esto, siempre deja tiempo para ti, para relajarte y despejar tu mente.  

 

 

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