Detén la ansiedad con la respiración controlada

Es época de exámenes de oposiciones y, si aún no te ha tocado examinarte, falta poco… Y tu nivel de estrés se dispara.

Pero puedes detener los picos de ansiedad con la respiración controlada.

Los nervios ante el examen, el excesivo calor que ha venido de golpe, o pensar que te quedas sin vacaciones porque las vas a dedicar a estudiar pueden disparar los picos de ansiedad.

Si a ello le sumamos que no respiramos adecuadamente, nuestro cuerpo no oxigenará de la forma conveniente.

Cuando estamos sometidos a una constante presión nuestra respiración tiende a descontrolarse.

Provocará la hiperventilación, y con ella la falta de aire, que no llega a los pulmones.

De este modo no llega la sangre la  cantidad de oxígeno que necesita.

¿Qué es la respiración controlada?

Es una respiración lenta, diafragmática y regular.

La frecuencia normal de la respiración es de 12 a 20 veces por minuto en un adulto, sin embargo en reposo la media es de 12 respiraciones por minuto.

Con la respiración controlada podremos dejar de hiperventilar, bajando el número de respiraciones por minuto entre 8 y 12, como si estuviéramos en reposo.

Al utilizar el diafragma nuestro cuerpo se oxigena mejor porque utilizamos la parte inferior de nuestros pulmones, haciendo que el abdomen se eleve.

La mejor forma de empezar a practicarla es poniendo una mano en tu tripa y notando cómo se hincha en cada respiración.

Puedes hacer la prueba al intentar aprender a respirar de este modo.

Según vayas aprendiendo notarás cómo el aire ya no se queda en la zona de tu garganta.

Esta es la respiración superficial, que se suele realizar cuando tenemos estrés.

No dejamos que el aire siga su curso hacia los pulmones y se queda en la zona de la garganta.

Cuando sufras un pico de ansiedad, pon tu mano alrededor del cuello y nota si el aire se queda ahí.

Lo que deberás hacer es desplazarlo hacia la parte inferior de los pulmones para que tu abdomen se desplace hacia afuera y así relajar el sistema nervioso simpático.

Tampoco respires de forma muy profunda, ya que no oxigena ben el organismo y provoca el efecto contrario: la hiperventilación de nuevo.

 

Qué aporta este tipo de respiración

  • Una correcta oxigenación e nuestro organismo y, sobre todo, del cerebro.
  • Aumenta la capacidad pulmonar
  • Rebaja el nivel de estrés al relajar el sistema nervioso simpático
  • Movilizas músculos que no utilizas en una respiración normal
  • Disminuye la presión arterial
  • Desciende el ritmo cardiaco
  • Te proporciona calma
  • Favorece el tránsito intestinal, ya que al mover el abdomen movilizas también las vísceras de esa zona.
  • Además, puedes aprender a cantar mejor utilizando la respiración diafragmática

 

Empieza a controlar tu respiración

Al principio, probablemente, sea más fácil tumbado boca arriba, luego  podrás hacer esta respiración sentado o de lado.

Procura estar en un entorno cómodo y que nada te moleste durante unos diez minutos.

Recuerda que no se trata de coger mucha cantidad de aire, sino de desplazarlo hasta la parte baja de los pulmones.

Practica dos o tres veces al día. En muy poco tiempo aprenderás a hacerlo y podrás utilizar esta respiración rápidamente en casos de ansiedad.

Cuando te ocurra un episodio de ansiedad, aunque sea en la calle, respira y procura aislarte de todo sintiendo cómo el aire se desplaza desde tu garganta hasta tu abdomen.

En este vídeo te explican paso a paso cómo realizar fácilmente la respiración abdominal.